En los peninsulares calores humedos, camino al cenote, una melodia (time-Pink Floyd) convoca a fuerzas misteriosas, lejanas quizas. Una calma estremece el sitio al menor soplo mientras los iguanos se ocultan bajo las piedras en los senderos de Dzibilchaltun. Una ave azul turquesa se aproxima, nos observa en vuelo, planea suave suspendida por el viento, por el tiempo. Majestuosa se posa en un flamboyan, abre sus alas, las peina, hincha el pecho, cresta su plumaje, las piedras tambien la observan, los templos tiemblan. todo ahi esta vivo.
Eres tu Kukulkan despojado de tu lado serpentino?
Habla. Eres tu dios del sol, dios del hombre?
Eres tu, astro divino fuerza celestial?
Permitenos acercarnos a ti creador del cielo y de la tierra, de la vida y la muerte, dejanos admirarte y agradecerte.
Te alabamos Señor y ahora nos purificaremos en las aguas sagradas del cenote.
Juan Carlos