He reflexionado desde hace mucho tiempo en lo mismo. Todo es Falso.
Lo mas triste es que gran parte de la sociedad asume como verdad lo que es falso, super falso,falsisimo.
Los Mexicanos:
Creen en los noticieros
Creen en las predicciones gubernamentales sobre el crecimiento
Creen que algun lider los va a sacar de la postracion
Creen en los heroes nacionales
Cren en la historia
Creen en la independencia
Creen en la banca
Creen en la guerra sucia
Creen en la derecha
Creen en la izquierda
Creen en el Zapatismo
Creen en fondos para desastres
Creen en la justicia
Creen en la lucha contra el narco
Creen que a Fox lo enjuiciaran por enriquecimiento ilicito
Creen en la Reforma electoral
Creen en las instituciones
Creen en la Seleccion Mexicana
Creen que los hermanos sahagun son hombres honestos y que su mama es una gran filantropa
Creen que Fox es el padre de la democracia
Creen que Lopez Obrador no sabia que le preparaban un fraude
Creen que Norberto Riviera no tiene doble moral
Creen que Salinas no ejerce poder en Mexico
Creen que los empresarios de Mexico son empresarios
Creen que Slim hizo su fortuna de forma honesta
Creen que Salinas Pliego adquirio la television mediante concurso
Creen que las Playas de Mexico seran algun dia de los Mexicanos
Creen que los Espanoles no pretenden reconquistar america y apropiarse de sus recursos
Creen que Aznar es un Estadista
Creen que Bush hizo la guerra a Irak por que este pais tenia armas nucleares
Creen todo lo que les dicen en Discovery Channel
Creen en Ulises Ruiz
Creen que Cuahutemoc Cardenas no es un burgues acomodado en el sistema
Creen que la gente en Mexico es guevona y no le gusta trabajar
Creen que Mexico siempre ha sido asi
Creen en todo lo que les ensenan en el Tec de Monterrey y en el ITAM
Creen que Calderon disfrazo a sus hijos solo por gusto
Creen que no hubo fraude electoral
Creen que la modernidad es Mc Donlads y Dominos Pizza
Creen que las grandes empresas pagan impuestos
Creen que Pemex debe venderse
Creen que Santiago Creel sabe de leyes
Creen que Fernandez de Cevallos es un gran orador
Creen que todos los paises privatizan sus recursos
Creen que lo que generan las inversiones extranjeras se queda en Mexico
Creen que la reforma al ISSSTE y al IMSS fue realmente buena
Creen que Ramirez Acuna no es un despota represor
Creen que Vicente es el lider y Martha la que obedce
Creen que Mexico esta lejos de una Revolucion
Quienes son los que se benefician de manejar la informacion, de cambiarla, de trastocarla, de convencer a toda una sociedad de que la mentira es verdad?
Juan Carlos
EL CONTENIDO DE LOS ARTÍCULOS PUBLICADOS EN ESTE BLOG, Y lA LUCHA DEL PUEBLO POR ALCANZAR LA JUSTICIA Y LA DEMOCRACIA EN MÉXICO, SON EN HOMENAJE A ESTE HOMBRE PATRIÓTICO QUE LUCHÓ Y DIÓ SU VIDA POR LA PATRIA. !QUE VIVA PANCHO VILLA!
martes, 25 de septiembre de 2007
Tiempo de falsedades
Nada es mas cierto que lo que aqui comenta Marco Rascon.
Felicidades por este articulo
Marco Rascón
marcorascon@alcubo.com
Saciados de vacíos, en la cúspide de la nada, agobiados de reformas intrascendentes, hemos construido una realidad surrealista, de falsedades, que nos ha convertido en un país irreal, cuya capital es el limbo, ahí donde van a parar los que no son de ninguna parte.
En el fondo, las grandes transformaciones son como el arte que nos dejó Marcel Marceu: expresión humana clara, sin palabras, sólo con la fuerza de lo determinante. Pero nosotros tenemos, por el contrario, una realidad de ruidos que confundimos con palabras, graznidos de pájaros perdidos en el mar, como diría Piazzola, sin ninguna decisión verdadera.
En esta nada de país, hasta los conflictos y los protagonistas de ellos son falsos: la izquierda es falsa, la derecha también; el centro es una aspiración vacía de los ingenuos, la tolerancia produce vómito, la traición ya es religión más que comportamiento, el método democrático es una guillotina contra los que pretenden asomarse a la realidad.
Son falsos los conflictos entre los partidos y los medios. En el fondo lo más importante es ocultar sus acuerdos. Es falso el conflicto entre el Gobierno del Distrito Federal y el de Felipe Calderón, porque ninguno necesita una foto de sus infidelidades. Es falsa nuestra independencia bicentenaria, la historia es falsa y ocultamos la verdadera. Son falsos nuestro entusiasmo patriótico, las imágenes de nosotros mismos y las promociones de todo. Ganarse un concurso, un boleto gratis, otra noche en el paraíso... es falso.
Hasta el pesimismo es falso, mucho más el optimismo. Son falsas también nuestras reservas petroleras y hasta los motivos de la ofensiva dinamitera contra Pemex. Es falsa la lucha contra el narcotráfico y más falsa aún la ayuda a los damnificados. La caridad y la filantropía son falsas, porque surgen, no de la bolsa de los ricos, sino del erario.
Es falsa la utilidad del voto, pues éste no sirve de nada ni para cambiar nada: se convierte simplemente en una lucha contra el fraude, la cual también termina siendo falsa porque en el fondo se transforma en una candidatura perpetua, doliente, víctima, que en su viacrucis se vuelve derrota permanente.
No obstante, cada falsedad trae su propia agenda, lucha por preservarse. La falsedad tiene instinto y la mejor manera de convertirse en verdad es mediante el insulto.
Los enemigos principales de la falsedad son la congruencia y el razonamiento, los llamados a reflexionar. La falsedad se sustenta en los intereses y, por ello, la falsedad es la columna vertebral del sistema de partidos en México; la falsedad es lo que sustenta esta democracia en lucha por convertir votos en prerrogativas, reinos locales de politiquillos que van desnudos, rodeados de sus pequeñas cortes de fanáticos.
La falsedad es una bandera defendida heroicamente por mujeres y hombres falsos. Por ello nuestras instituciones, así como la institucionalidad, son falsas, como cuando se unieron lo revolucionario y lo institucional en eso que fue nuestra larga unidad nacional, ahora convertida en esta falsa pluralidad unida por el reparto de prerrogativas.
La neutralidad de la justicia es falsa, salvo en los crímenes, y eso porque hay cadáveres; las noticias son falsas, prefabricadas, intencionadas. También la ética es falsa.
¿Cuál es el motivo de nadar entre tanta falsedad? ¿Qué convirtió las ideologías en montones de palabras falsas e igualó en comportamiento a partidos y discursos?
Hemos olvidado que el país es responsabilidad de todos y que si seguimos así, sin asumirlo, nos merecemos mínimamente una guerra civil, a la cual difícilmente llegaremos, porque esta vida de falsedades les conviene a los que viven de ella.
La falsedad crónica es un buen negocio político y económico; a los que sustentan el poder verdadero, no el falso, les conviene esta situación de reformas falsas y comportamientos falsos, dignidades falsas, valentías falsas...
Felicidades por este articulo
Marco Rascón
marcorascon@alcubo.com
Saciados de vacíos, en la cúspide de la nada, agobiados de reformas intrascendentes, hemos construido una realidad surrealista, de falsedades, que nos ha convertido en un país irreal, cuya capital es el limbo, ahí donde van a parar los que no son de ninguna parte.
En el fondo, las grandes transformaciones son como el arte que nos dejó Marcel Marceu: expresión humana clara, sin palabras, sólo con la fuerza de lo determinante. Pero nosotros tenemos, por el contrario, una realidad de ruidos que confundimos con palabras, graznidos de pájaros perdidos en el mar, como diría Piazzola, sin ninguna decisión verdadera.
En esta nada de país, hasta los conflictos y los protagonistas de ellos son falsos: la izquierda es falsa, la derecha también; el centro es una aspiración vacía de los ingenuos, la tolerancia produce vómito, la traición ya es religión más que comportamiento, el método democrático es una guillotina contra los que pretenden asomarse a la realidad.
Son falsos los conflictos entre los partidos y los medios. En el fondo lo más importante es ocultar sus acuerdos. Es falso el conflicto entre el Gobierno del Distrito Federal y el de Felipe Calderón, porque ninguno necesita una foto de sus infidelidades. Es falsa nuestra independencia bicentenaria, la historia es falsa y ocultamos la verdadera. Son falsos nuestro entusiasmo patriótico, las imágenes de nosotros mismos y las promociones de todo. Ganarse un concurso, un boleto gratis, otra noche en el paraíso... es falso.
Hasta el pesimismo es falso, mucho más el optimismo. Son falsas también nuestras reservas petroleras y hasta los motivos de la ofensiva dinamitera contra Pemex. Es falsa la lucha contra el narcotráfico y más falsa aún la ayuda a los damnificados. La caridad y la filantropía son falsas, porque surgen, no de la bolsa de los ricos, sino del erario.
Es falsa la utilidad del voto, pues éste no sirve de nada ni para cambiar nada: se convierte simplemente en una lucha contra el fraude, la cual también termina siendo falsa porque en el fondo se transforma en una candidatura perpetua, doliente, víctima, que en su viacrucis se vuelve derrota permanente.
No obstante, cada falsedad trae su propia agenda, lucha por preservarse. La falsedad tiene instinto y la mejor manera de convertirse en verdad es mediante el insulto.
Los enemigos principales de la falsedad son la congruencia y el razonamiento, los llamados a reflexionar. La falsedad se sustenta en los intereses y, por ello, la falsedad es la columna vertebral del sistema de partidos en México; la falsedad es lo que sustenta esta democracia en lucha por convertir votos en prerrogativas, reinos locales de politiquillos que van desnudos, rodeados de sus pequeñas cortes de fanáticos.
La falsedad es una bandera defendida heroicamente por mujeres y hombres falsos. Por ello nuestras instituciones, así como la institucionalidad, son falsas, como cuando se unieron lo revolucionario y lo institucional en eso que fue nuestra larga unidad nacional, ahora convertida en esta falsa pluralidad unida por el reparto de prerrogativas.
La neutralidad de la justicia es falsa, salvo en los crímenes, y eso porque hay cadáveres; las noticias son falsas, prefabricadas, intencionadas. También la ética es falsa.
¿Cuál es el motivo de nadar entre tanta falsedad? ¿Qué convirtió las ideologías en montones de palabras falsas e igualó en comportamiento a partidos y discursos?
Hemos olvidado que el país es responsabilidad de todos y que si seguimos así, sin asumirlo, nos merecemos mínimamente una guerra civil, a la cual difícilmente llegaremos, porque esta vida de falsedades les conviene a los que viven de ella.
La falsedad crónica es un buen negocio político y económico; a los que sustentan el poder verdadero, no el falso, les conviene esta situación de reformas falsas y comportamientos falsos, dignidades falsas, valentías falsas...
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