EL CONTENIDO DE LOS ARTÍCULOS PUBLICADOS EN ESTE BLOG, Y lA LUCHA DEL PUEBLO POR ALCANZAR LA JUSTICIA Y LA DEMOCRACIA EN MÉXICO, SON EN HOMENAJE A ESTE HOMBRE PATRIÓTICO QUE LUCHÓ Y DIÓ SU VIDA POR LA PATRIA. !QUE VIVA PANCHO VILLA!
viernes, 17 de noviembre de 2006
El hundimiento
En sus estertores la administración foxista apura hasta el ultimo trago de poder hilvanando estupideces, acciones suicidas y crímenes. Este jueves nos amanecimos conque la gasolina subió de precio, ayer le tocó a la leche y le tocará mañana a otros alimentos y a los transportes. ¿Qué se creen estos imbéciles? ¿Qué la paciencia de la gente no tiene límite? ¿No saben acaso nada de la historia de América Latina? ¿Nadie les ha hablado del caracazo*, de los disturbios en Centro América por estos mismos motivos? ¿De nuestra propia historia? ¿No ven la realidad de desempleo, marginación, miseria en que viven millones de mexicanos? ¿Creen que con tele y publicidad matan el hambre y que otro tanto sucede con la indignación popular? Qué va. Fox sólo obedece los designios de una administración hacendaria empeñada, desde hace 25 años, en defender los intereses del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Gerente al fin de una multinacional baja la cerviz frente al patrón del norte en tanto se mira embelesado en la pantalla de la televisión, repasando una y otra vez los índices de popularidad, sufriendo, me imagino, lo que ya calcula una catástrofe personal.Trivial resulta a estas alturas el debate de moda sobre el lugar en que Felipe Calderón deberá tomar posesión formal de su cargo. ¿Qué poder asumirá ese hombre? Fox le deja sólo despojos. Las decisiones capitales, las que habrán de marcar su mandato ya han sido tomadas; poco o más bien ningún margen de maniobra lega Vicente Fox a su sucesor. Le cobra así, por adelantado, los servicios prestados para sentarlo, a toda costa, en la silla presidencial. Deja a Calderón expuesto y vulnerable ante la falsa disyuntiva de demostrar con “mano dura” que sí tiene el poder y la calidad y la convicción para ejercerlo. Queda así Felipe Calderón en condición de rehén de Fox y a merced de lo que sus amigos y adversarios reconocen como su debilidad principal: su mecha corta. Más tarde o más temprano, por el camino que va, se manchará las manos de sangre.Más allá de la cuestionable legitimidad de un presidente que sólo logró la victoria -y eso habría que verlo- impulsado por acciones ilegales del poder ejecutivo, la iglesia y la cúpula empresarial. Más allá incluso de la guerra sucia y la dialéctica del miedo, tan irresponsablemente desatada por Calderón y su partido y que hoy devora a sus propios creadores. Más allá de los manejos fraudulentos en las urnas que nunca quisieron ser desmentidos mediante un procedimiento lógico, natural y necesario en una elección tan cerrada como el del recuento voto por voto. Más allá digo de los lastres que, tras un proceso electoral tan sucio carga consigo Felipe Calderón, está la carga que le añade su mismo compinche, el artífice principal de su victoria.Y es que Fox no quiere soltar el poder y tampoco -por puro instinto de supervivencia- se atreve a hacerlo. Para garantizar su impunidad y la de su familia procede como el dictador Francisco Franco que quiso dejar “atado y bien atado el futuro de España”. La salida de Fox es complicar todavía más las cosas al país. Dejarle a su sucesor una agenda tan recargada de problemas y las manos atadas de tal forma que no tenga tiempo de voltear la vista hacia las trapacerías, que se dicen escandalosas, en todos los ordenes de su gobierno. No sólo se sometió Fox a la política económica del antiguo régimen autoritario; fue todavía más servil y ortodoxo. No sólo imitó sus usos y costumbres; los superó incluso en los niveles de corrupción.Tampoco, por otro lado, puede fácilmente Calderón recurrir a la formula del quinazo. Le debe demasiado a Fox para atreverse a tocarlo. De nada le sirve tratar de ganar popularidad y legitimidad a costa de golpes de artificio en un país que ha cambiado. Puede que a Salinas de Gortari le haya funcionado la fórmula. Ya no. Calderón se encuentra ante un callejón cuya única salida ha sellado a piedra y lodo su propio antecesor.Joachim Fest cuenta en “El hundimiento”, los últimos días de Adolfo Hitler, quien construyó el nazismo a punta de represión y consenso; sedujo a millones de sus compatriotas, los convirtió en cómplices de genocidio y después los hundió con él en la muerte. Fox no es un dictador, tampoco un asesino, no resiste en un búnker el bombardeo y la devastación de su pueblo. La comparación es exagerada, es cierto, pero no puedo dejar de evocar al hombre autoritario, teatral, esclavo del poder y de su imagen que sabe que se hunde e intenta arrastrar con él al país en su caída.
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